viernes, 20 de febrero de 2015

Prensa y medios de comunicación no deben interferir cuando se compromete la seguridad nacional

-“Si hacemos públicas investigaciones por espionaje internacional nos estamos haciendo cómplices del delito”.
  
-Red de espías que trabaja para Chile ya habría sida alertada por medios de comunicación.

POR JULIO HERRERA AC&SE


En opinión del almirante Jorge Montoya, ex Jefe del Comando Conjunto, la prensa no debe informar ni hacer públicos estos casos de espionaje en los que están en riesgo los intereses y la soberanía nacional porque todo lo avanzado en las investigaciones, al hacerse público el caso, se pierde debido a que detrás de las personas detenidas hay una red de contactos directos e indirectos que son alertados a través de los medios de comunicación. “Si hacemos público el caso, nos estamos haciendo cómplices del delito. Si es que esto no está especificado de esta forma en la legislación habría que incluirlo porque no se puede hacer una investigación por espionaje haciéndola pública”, indica el almirante Jorge Montoya.

Al parecer este caso se estaba llevando de forma reservada por razones de seguridad nacional, sin embargo el caso se filtró a la prensa. ¿Podría explicarnos?
Este caso se estaba llevando en forma reservada por la naturaleza del proceso. Si hacemos público el caso, nos estamos haciendo cómplices del delito. Si es que esto no está especificado de esta forma en la legislación habría que incluirlo porque no se puede hacer una investigación por espionaje internacional haciéndola pública. Toda la red que existe detrás del caso desaparece. Quienes pertenecen a la red quedan alertados. En las redes de espionaje hay gente de contacto directo y de contacto indirecto. En estos casos las investigaciones son muy complejas, no es sencillo y no puede hacerse con la prensa al costado, la prensa puede estar en otros casos.  En casos en los que se compromete la soberanía nacional no se puede contar con la participación de la prensa. La prensa debe investigar pero debe tener principios, y cuando afecta a la seguridad nacional en una investigación de suma importancia debe haber prioridades en un medio de comunicación. Este medio  aprobó la transmisión, no estoy de acuerdo, creo que se equivocaron. Este asunto no se puede manejar abierta y públicamente porque se rompe toda la investigación. En casos como éste hay que investigar cuál es la red que está detrás de esto porque no se trata de una sola persona.

¿Cómo es que si el caso se llevaba de manera reservada, se hizo público por medio de la prensa?
Esta investigación se estaba llevando en secreto hasta el día miércoles, en el que el abogado defensor  lleva la prensa al proceso, la prensa irrumpe en la sala y filma. Se pidió al canal que no transmitiera la información, sin embargo lo hizo, quebrando toda la investigación.  Un caso que se  debió haber llevado de manera profesional, con las pruebas concretas para hacerlas públicas y darlas a conocer al país vecino, se rompió por una información acelerada de las noticias que no tenían que hacerse públicas. Ahora estamos en otro escenario, estamos  en un escenario en donde lo que se estaba haciendo no se va  poder cumplir con la eficiencia que se quería.
¿Cuándo se iniciaron las investigaciones?
La Marina detecta  este caso de espionaje a través de su servicio de contrainteligencia a principios del año pasado, entonces empieza un proceso de investigación, el cual no podía hacerse público, tenía que ser por su naturaleza estrictamente reservado hasta tener las evidencias que se pudiesen convertir en pruebas iniciales para detener a las personas implicadas, siguiendo el debido proceso. Eso objetivo se consigue a partir de junio pasado del año pasado cuando se les detiene y se comienza el proceso de investigación fiscal a cargo de la fiscalía militar, un proceso totalmente reservado. Pero ahora esto ya dejó de ser reservado, ahora debemos manejarnos en otro escenario, un escenario internacional complicado porque Chile ya debe estar alertado.


El caso Vargas Garayar y el caso Ariza: antecedentes de espionaje

Constitución de 1933 ordenaba el fusilamiento inmediato por  “traición a la Patria”
  
Anteriormente ha habido dos casos de espionaje que han atentado contra la seguridad y la soberanía nacional. En ambos casos, lamentablemente, se trató de personal militar. El primero de ellos tuvo lugar en 1978, y el segundo en el 2009. En el primer caso el acusado fue el ex suboficial FAP Julio Vargas Garayar, por entregar valiosa información sobre la base aérea de La Joya al gobierno chileno. En el segundo caso, el suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) Víctor Ariza Mendoza, también fue acusado de entregar información clasificada y secreta a Chile.

Entre los años 1976 y 1978, el ex suboficial FAP Julio Vargas Garayar, quien trabajaba en la embajada de Chile en Lima tras ser dado de baja, fue contactado por oficiales del ejército chileno quienes le convencieron  de desempeñarse como espía pidiéndole  realizar fotografías de la base aérea de la FAP en La Joya (Arequipa). El suboficial Vargas Garayar, fue prontamente descubierto, acusado de espionaje y sentenciado a muerte en un juicio sumario ante un tribunal militar, conforme la Constitución peruana de 1933. El Consejo de Ministros negó el indulto al condenado y el 20 de enero de 1979 Vargas Garayar fue fusilado por el cargo de traición a la patria.

Los medios de comunicación en el Perú estaban censurados en esa época por la dictadura militar. La revista limeña Caretas publicó el caso pero la edición fue confiscada y al  día siguiente la revista fue clausurada temporalmente.

El caso fue hecho público a través de la agencia internacional UPI, que difundió la noticia de modo parcial. Al hacerse mundialmente conocido el fusilamiento de Vargas Garayar, el gobierno peruano emitió un comunicado público. El caso permaneció en la absoluta reserva hasta 1980.  En su defensa, Vargas Garayar señaló que se cometía una injusticia debido a que él trabajaba para el servicio peruano de contrainteligencia y que la información proporcionada al gobierno chileno era de escaso valor. 

En el caso Ariza, el 14 de noviembre de 2009 el Gobierno del Perú denunció a Chile por el caso reciente de un espionaje supuestamente realizado por militares peruanos desde el año 2004, implicando al suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) Víctor Ariza Mendoza y al técnico inspector Justo Rufino Ríos Aguilar, quienes fueron acusados de entregar información clasificada y secreta a Chile.