En la guerra de estrategia de la geopolítica mundial, estamos observando que el bloque asiático actúa de dos modos diferentes, ambos inmersos en la lógica del enfrentamiento NORTE - SUR. El primer modo, está constittuido por el eje Moscú-Teherán-Pekín-Pyong Pyan, actúa en el hemisferio norte fundamentalmente, su característica es oficial y abiertamente política. El segundo modo está constituído por el eje Estambul-Teherán-Nueva Delhi, y está orientado hacia los intereses del bloque asiático en el hemisferio sur. Este eje, aunque no oficial, es más político y negociador que el eje del primer modo.
Mapa de Asia. Teherán resulta siendo el nexo entre los dos ejes principales del gran bloque asiático. POR JULIO HERRERA AC&SE
El eje Teherán - Nueva Delhi actuó indirectamente en los sucesos de las batallas de Mogadiscio, representadas en el película norteamericana "La Caída del Halcón Negro", a la vez que su influencia marcó la salida del poder norteamericano de las costas del África índica. Los ataques a las embajadas de los EE.UU. en los países de la costa del África índica en un lapso de una década fueron parte de una estrategia para eliminar al poder de los EE.UU. en el Oceáno Índico. El eje Teherán-Nueva Delhi tiene como objetivo el dominio del Océano Índico y de su parte correspondiente del continente antártico. Mientras que Estambul a través de sus alianzas con los países del Magreb y del África occidental tiene por objetivo el dominio del Mediterráneo y del Atlántico Sur.
El eje Teherán - Nueva Delhi resulta fundamental porque en la geopolítica mundial, el Oceáno Índico resulta ser la base primordial para construir un dominio en los siete mares. Controlando el Océano Índico tanto el Pacífico Sur como el Atlántico Sur son controlados fácilmente, y en consecuencia la Antártida y el Polo Sur. Las derrotas sucesivas del poder occidental tanto en Somalia, como en Etiopía, Kenia, Tanzania han dejado el Océano Índico casi en control del eje Teherán - Nueva Delhi. Esta es la razón de la guerra en Yemén, base en el Índico del eje Teherán - Nueva Delhi. En realidad quien está en guerra en contra de Yemén no es el reino de Arabia Saudita, sino el poder occidental a través del régimen de Tel Aviv. Al otro lado del Índico, la posición de Thailandia, Camboya, Vietnam, Malasia, Indonesia, y Singapur es casi incondicional ante el creciente poder de China. La naturaleza de las relaciones entre Nueva Delhi y Pekín no serán visibles sino hasta que los dos ejes mencionados al inicio entren en una dinámica más acelerada.
Rutas del "Mar de Eritrea". POR JULIO HERRERA AC&SE
El eje Teherán - Nueva Delhi resulta fundamental porque en la geopolítica mundial, el Oceáno Índico resulta ser la base primordial para construir un dominio en los siete mares. Controlando el Océano Índico tanto el Pacífico Sur como el Atlántico Sur son controlados fácilmente, y en consecuencia la Antártida y el Polo Sur. Las derrotas sucesivas del poder occidental tanto en Somalia, como en Etiopía, Kenia, Tanzania han dejado el Océano Índico casi en control del eje Teherán - Nueva Delhi. Esta es la razón de la guerra en Yemén, base en el Índico del eje Teherán - Nueva Delhi. En realidad quien está en guerra en contra de Yemén no es el reino de Arabia Saudita, sino el poder occidental a través del régimen de Tel Aviv. Al otro lado del Índico, la posición de Thailandia, Camboya, Vietnam, Malasia, Indonesia, y Singapur es casi incondicional ante el creciente poder de China. La naturaleza de las relaciones entre Nueva Delhi y Pekín no serán visibles sino hasta que los dos ejes mencionados al inicio entren en una dinámica más acelerada.
Mapa de la Ruta de la Seda, en el siglo XXI, esto significa básicamente el control sobre los suministros de energía del Asia Central a Extremo Oriente. El suministro de energía a Europa y Occidente es interés exclusivo de Rusia. Ver artículo de EL NACIONALISTA. Nótese de la importancia del control del Océano Índico y la ubicación estratégica de Somalia, Mogadiscio y Yemén. POR JULIO HERRERA AC&SE
En cuanto al rol de Latinoamérica, El Callao, Guayaquil, Valparaíso, Panamá y Puerto Escondido, nuestros puertos en el Pacífico, todos ellos cumplen un papel fundamental en el cambio de polaridad del nuevo orden mundial, presentando un nuevo panorama para América Latina, similar al de los siglos XVI, XVII y XVIII, en los que El Callao y Acapulco comercializaban principalmente con Filipinas e indirectamente con China.
Principales rutas de navegación de la América Latina en el siglo XVI y siglo XVII.